miércoles, 11 de julio de 2007

ORIGEN E HISTORIA DEL APELLIDO ABELLA

Origen e historia
Para algunos heraldistas el apellido es de origen asturiano, hay otros que opinan (al igual que los que estudian la etimología) que es de origen catalán. Al tratarse de un apellido toponímico, es posible ambas versiones. Hacer notar que "abella" significa tanto en Asturias como en Cataluña abeja.
En Asturias, según tradición, proviene el linaje de los Abella o Abellas, de los antiquísimos pobladores de las montañas de Asturias, que tomaron para apellido el nombre de unos pueblos de Italia, llamados Abella, donde estuvieron los troyanos antes de pasar a España con los nombres de Abella, Abellas, Abello y Abelló, que a pesar de sus variantes, tienen una misma procedencia.; de ello hacen mención Plinio, Calapino y otros autores. En España aparece, como hemos dicho, con mucha antigüedad en las montañas de Asturias, en el concejo de Valdés, cuya capitalidad es la villa de Luarca. Esto lo confirma la Crónica de Asturias de Plinio, que dice que la familia Abella, que vino con los troyanos a España, fundó dos solares o torres fuertes en el concejo de Valdés: uno en la villa de Luarca, que conservó la denominación de Abella, y otro en la villa de Orano, llamado después Torre de Brieves, que se denominó Abello. En estos dos puntos estuvieron los primitivos solares del linaje y de ellos salieron varias ramas, que posteriormente se extendieron por Aragón, Cataluña y América, siendo muchos los hombres eminentes que ilustraron el apellido con su esfuerzo y valor, sus estudios y sabiduría.
En Aragón y Cataluña, proceden seguramente de las localidades de igual nombre. que muy pronto pasaron al Levante español, para posteriormente extenderse por el resto de la península. Ya en la conquista de Valencia, los Abella auxiliaron eficazmente al rey don JaimeI. Uno de los troncos de este linaje, fue don Pedro Abella, que encontrándose solo cerca de Valencia, fue atacado por tres moros, pero se defendió con tal denuedo y valentía, que mató a uno y puso a los otros dos en fuga. También se distinguió por su prudencia y serenidad en la conducción de víveres a la fortaleza de Morella cercada por los moros, utilizando los ásperos montes de Forcall. Un hijo suyo, llamado Jaime Abella, se hizo igualmente notable por el valor y arrojo que demostró en el sitio de Játiva. Otro de sus troncos fue el valiente capitán Ramón Abella, natural de Gerona, que se distinguió mucho en la toma de la ciudad de Palma de Mallorca. Un hijo suyo, llamado Bernardo Abella, natural también de Gerona, sirviendo a las órdenes del rey don Jaime I, se distinguió igualmente en las batallas contra los moros, con particularidad en las tomas de Valencia, Dénia, Jávea, Calpe y otras. Juan Abella, del mismo linaje también, fue soldado famoso en aquellos tiempos. Por los años de 1300 y siguientes florecieron en Aragón y Cataluña los hermanos don Bernardo Abella, Fray Ferrer Abella y don Berenguel Abella. Este fue creado cardenal en 1309, con el nombre de cardenal de Rodas, y habiendo venido a España por legado apostólico, se halló en Barcelona el referido año a tiempo de asistir con su hermano Fray Ferrer Abella, obispo electo de Barcelona, a la traslación del cuerpo de Santa Eulalia, que se verificó el 10 de Abril, con asistencia de Pedro IV de Aragón y de la principal nobleza de su reino. Don Bernando Abella, hermano de estos dos prelados, fue general de las armas del citado rey. En el reinado de Enrique II decayó mucho la antigua grandeza de los bienes de los poseedores de este solar, por haber seguido al partido de su legítimo rey don Pedro, y cuando la infeliz tragedia de éste, padeció dicha familia los rigores del sucesor, don Enrique, que les confiscó la fortuna que tenían. Los Abella probaron su nobleza en la Real Chancillería de Valladolid (Sala de Hijosdalgos), en la Orden militar de Calatrava (1637) y ante la Real Orden de Carlos III (1815).